Cada día nos encontramos con muchos pacientes generosos que se entregan al 100% a las personas de fuera, personas que les han educado en qué hay que ser bondadoso y entregado.
Obviamente son valores de gran valía, pero que a su vez, pueden convertirse en centro de frustración, por sentir muchas veces que no es correspondido.
Estas personas, muchas veces sienten que si dejan de dar todo, TODO lo que tienen, se convierten en seres egoístas y malvados.
En muchas ocasiones nos centramos tanto en los de fuera que no entendemos nuestras necesidades, es decir, no somos capaces de "darnos" a nosotros mismos, ni siquiera sabemos como hacerlo.
Imagínate por un segundo que tienes 10 € al día para comer, dormir y cubrir todas tus necesidades.
Cada vez que pasas delante de tu calle, hay una persona necesitada, que te genera mucha ternura, le tienes cariño, y de manera diaria te solidarizas con ella y le ofreces 9,50 €.
Eso te hace una persona muy honrada y generosa, pero después de llevar 2 semanas comiendo, viviendo y durmiendo con con tus 50 céntimos sobrantes, te das cuenta de que tú mismo empiezas a estar desnutrido, sin tus necesidades cubiertas y deseoso de ayuda externa. Empiezas a frustrarte porque los que tienen 100 €. no comparten nada contigo, e incluso empiezas a mirar con recelo a ese al que das diariamente tus 9,50 €. por sentirle más nutrido que tú, a pesar de lo cual sigues ofreciéndoselo una y otra vez.
No consiste en dejar de ser generoso sino en asegurarnos que nuestras propias necesidades han de estar también cubiertas y sobre todo entender que somos nosotros mismos los primeros responsables de suplirlas.
No consiste en eliminar tus valores morales, sino de ser responsable de una manera bidireccional, hacia mí y hacia el mundo.
Las relaciones siempre son bidireccionales
Si nos centramos en dar hacia fuera todo lo que tenemos (nuestro amor, nuestro cariño, nuestro cuidado, nuestro tiempo, nuestra energía) se nos olvida que nosotros también tenemos necesidades. Es entonces cuando empezamos a exigir a los de fuera que nos cuiden como nosotros les cuidamos a ellos (por elección propia, la mayor parte de las veces).
Si eso no ocurre nos frustramos y nos justificamos en la injusticia del mundo, sin llegar a entender que parte de mi responsabilidad básica es aprender a sostenerme a mi mismo, y no la estoy supliendo.
¿No será más fácil que cada uno se asegure de tener sus mínimos cubiertos, y luego dar todo aquello que elegimos dar sin esperar nada a cambio? ¿Quién mejor que yo para entender mis necesidades que me acompaño todos los días de mi vida?
Recuerda como dar sanamente
Da a los demás pero asegúrate de darte a ti mismo y suplir tus necesidades
Da por placer
Da entendiendo que es algo que sale de ti
Da porque así eres y así lo sientes
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